En esta casa no consumimos mucha carne de cerdo, ya que a mi no me gusta especialmente.
Salvo los cortes magros como el solomillo y el lomo y las piezas ahumadas que uso principalmente para el cocido, no suelo traer otro tipo de piezas a casa, algo que a mi marido que le encanta el cerdo en todas sus versiones no acaba de encajar.
Pero como siempre os digo, hay que comer de todo. Y yo soy la primera que me lo tengo que poner en práctica asi que he traído estas chuletas de aguja que he preparado guisadas, del mismo modo que siempre nos hacía mi madre las salchichas en salsa de cebolla.
¡Estaban deliciosas! Me ha parecido un modo genial de comer estos filetes, ya que no siempre apetecen sólo vuelta y vuelta.
¡Espero que os guste!
INGREDIENTES:
- 2 Chuletas de aguja de cerdo
- C/s de harina para rebozar
- 2 Cebollas dulces
- 1 Lata de cerveza
- AOVE
- Sal y pimienta
PREPARACIÓN:
- Salpimentamos las chuletas y las rebozamos en harina. Las freímos hasta dorar en una sartén con un buen chorro de AOVE y las reservamos hasta su uso.
- En el mismo aceite pochamos las cebollas cortadas en juliana.
- Una vez que hayan adquirido un tono dorado, agregamos de nuevo las chuletas a la sartén e incorporamos la cerveza. Rectificamos de sal y cocemos las chuletas en esa salsa hasta que la cerveza se haya consumido casi por completo.
- Servimos de inmediato acompañando de una parrillada de verduras.
¡Qué aproveche!
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