Croquetas de cecina
Halloween esta acechando... Y este año lo esperamos con menos ganas que otros.
Desde hace un par de años, mis primos y nosotros nos íbamos a un pueblo encantado viviente que hacían para la noche de los muertos, pero en ésta ocasión, no se va a hacer y estamos plof...
Así que para irlo sobrellevando, esta noche para la cena toca un buen aperitivo: Croquetas de cecina.
La primera vez que probé las croquetas de cecina, me volvieron loca.
Nunca antes había comido éste típico embutido de mi tierra en algo que no fuera una tabla de entremeses, y la verdad, me sorprendieron. Hoy por hoy, forman parte de la carta de muchos de los restaurantes de la ciudad, ya que como no es de extrañar, tienen mucho éxito.
Desde entonces he hecho un montón de mezclas para probar combinaciones . Con queso de cabra, con pimientos...
Como muchas veces digo, a veces menos es más, y cuando el producto es de calidad...
La versión que más me gusta es ésta, solas.
¡Espero que os guste!
(15 Unidades)
INGREDIENTES:
- 1/2 Litro de leche
- 40 g mantequilla
- 40 g de harina
- 100 g de Cecina de León
- 2 Huevos
- Pan rallado
- Aceite para la fritura
PREPARACIÓN:
Lo más importante para hacer unas buenas croquetas de cecina, es disponer de una cecina de calidad.
Para asegurarnos de que cumple con los requisitos, en el envase debe de venir el logotipo de I.G.P. Cecina de León.
Cortamos un par de lonchas gruesas (0.5 cm aproximadamente) de la pieza de cecina, después las cortamos en cuadritos pequeños, y después lo picamos lo más fino posible.
Disponemos la mantequilla en un cazo a fuego lento para que ésta no humee y no adquiera ese sabor a quemado.
Una vez que esté completamente disuelta, agregamos la cecina, dejamos que dore unos segundos, revolviendo.
Entonces incorporamos de golpe la harina.
Mezclamos con ayuda de las varillas de cocina para formar la roux, y dejamos que la harina se tueste para quitar ese característico sabor a puro.
Una vez que la harina esté tostada y se despegue de las paredes formando una pelota, agregamos la leche chorrito a chorrito, y mezclamos sin parar con las varillas de cocina.
Trabajamos la masa sin parar de mezclar durante 10 minutos aproximadamente, hasta que la farsa tenga el punto que buscamos y hayamos incorporado toda la leche.
Vertemos el contenido en un tupper y dejamos que solidifique durante al menos 8 horas.
Cortamos la bechamel en porciones.
Con ayuda de dos cucharas de postre, le damos forma.
Aunque si la masa nos queda bien solida, no es necesario moldearlas, cuadradas también son apetitosas.
Batimos los huevos, y pasamos las croquetas por ellos.
Después lo rebozamos en pan rallado.
Le damos un doble rebozado de huevo y pan rallado.
Dejamos endurecer el rebozado 10 minutos, no sé por qué, pero 3 de las 3 veces que he hecho ésta receta, las croquetas se han reventado, por eso el motivo de éste paso.
Como veis he hecho de las dos clases de croquetas, redondas y cuadradas.
En una sartén con abundante aceite caliente, freímos las croquetas.
Primero por un lado, y cuando estén doradas, por el otro hasta que tengan el mismo tono.
Entonces sacamos las croquetas a un plato con papel absorbente para que chupe todo el exceso de aceite.
Éste es el resultado final de nuestras croquetas de cecina, un clásico en León, y una delicia en todos los platos.
Y así es como se ven las croquetas mordisco a mordisco. Ñam ñam ñam.
¡Qué aproveche!
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