Tigretón
Seguro que no soy la única que recuerda una tierna infancia con éstos bollitos.
Yo siempre he vivido en un pueblin pequeño, en el que para abastecer las neveras y despensas era necesario coger el coche y desplazarse unos kilómetros, por lo que la compra semanal se convertía en una rutina y a la vez en una buena manera de amenizar la tarde.
Paseábamos con el carrito por todos los pasillos, mientras cogíamos y tachábamos en la lista las cosas que nos hacían falta para casa y metíamos al carro otras cuantas que no hacían tanta...
Recuerdo que cada vez que íbamos, mi madre nos dejaba escoger una sola cosa como capricho para después.
Yo siempre he sido muy de salado por lo que lo normal en mi era ir a la panadería y coger un trocito de empanada, o arreglarme con una bolsa de snacks, recuerdo la obsesión que tuve durante unas cuántas veces con los fantasmikos, jajaja. Pero de vez en cuando también caía la tentación de lo dulce, y me encantaban cualquiera de los típicos bollos.
Así que al igual que me pasó cuando hice la tarta de Pantera rosa, con ésta versión gigante del tigretón, me han venido a la cabeza momentos que ni siquiera sabía que recordaba.
Tengo aún pendiente hacer las versiones de los bony, los phoskitos, los donuts, los filipinos, bollicaos... Pero poquito a poco.
De momento vamos a disfrutar del brazo de gitano tigretón que he seguido del blog de Loleta que nos encanto a todos y fué la terminación ideal para una cena de cumple.
Por supuesto, podremos hacerlos en pequeño, cortando pequeñas raciones del bizcocho 😉
¡Espero que os guste!
Yo siempre he vivido en un pueblin pequeño, en el que para abastecer las neveras y despensas era necesario coger el coche y desplazarse unos kilómetros, por lo que la compra semanal se convertía en una rutina y a la vez en una buena manera de amenizar la tarde.
Paseábamos con el carrito por todos los pasillos, mientras cogíamos y tachábamos en la lista las cosas que nos hacían falta para casa y metíamos al carro otras cuantas que no hacían tanta...
Recuerdo que cada vez que íbamos, mi madre nos dejaba escoger una sola cosa como capricho para después.
Yo siempre he sido muy de salado por lo que lo normal en mi era ir a la panadería y coger un trocito de empanada, o arreglarme con una bolsa de snacks, recuerdo la obsesión que tuve durante unas cuántas veces con los fantasmikos, jajaja. Pero de vez en cuando también caía la tentación de lo dulce, y me encantaban cualquiera de los típicos bollos.
Así que al igual que me pasó cuando hice la tarta de Pantera rosa, con ésta versión gigante del tigretón, me han venido a la cabeza momentos que ni siquiera sabía que recordaba.
Tengo aún pendiente hacer las versiones de los bony, los phoskitos, los donuts, los filipinos, bollicaos... Pero poquito a poco.
De momento vamos a disfrutar del brazo de gitano tigretón que he seguido del blog de Loleta que nos encanto a todos y fué la terminación ideal para una cena de cumple.
Por supuesto, podremos hacerlos en pequeño, cortando pequeñas raciones del bizcocho 😉
¡Espero que os guste!
Ésta es mi aportación al reto:
En el reto Color y sabor de temporada Pilar Monge es la encargada de seleccionar una fruta y una verdura de temporada, que es la qué está en su época de recolección y es su mejor época de consumo ya que se aprovechan al 100% sus cualidades organolépticas. Además es cuando más fáciles son de encontrar los productos, y salen más económicos.
Entonces, todos los participantes elegimos entre una de ellas, y hacemos una nueva receta dulce o salada.
Éste mes se nos dió a elegir:
- Fruta: Fresas
- Verdura/Especia/Legumbres: Alcachofas
(10 porciones)
INGREDIENTES:
Para el bizcocho:
- 4 Huevos
- 35 g de harina
- 25 g de almendra molida
- 15 g de cacao puro en polvo
- 125 g de azúcar
Para el relleno:
- 200 ml de nata para montar 35%mg
- 50 g de queso crema
- 20 g de azúcar glass
- C/s de mermelada de fresa
Para el glaseado:
- 8 g de gelatina neutra en polvo
- 150 ml de nata de 35% mg
- 180 ml de agua
- 225 g de azúcar glass
- 100 g de cobertura de chocolate
- 50 g de cacao puro en polvo
PREPARACIÓN:
Para el bizcocho:
Disponemos los huevos en el bol del robot amasador junto con el azúcar.
Con el aplique de montar, a velocidad media - alta comenzamos a montar los huevos durante unos minutos.
Cuando los huevos hayan blanqueado y doblado su volumen, estarán listos.
Vertemos los huevos sobre la mezcla de los sólidos.
Y con ayuda de una lengua de cocina, con movimientos envolventes de arriba a abajo, mezclamos todos los componentes hasta que estén todos bien integrados.
Entonces vertemos en la placa del horno cubierta por un papel sulfurizado, llevándola hacia los extremos moviendo la bandeja. Es preferible no meter la espátula para colocar la masa, ya que bajaríamos un poco la mezcla.
Metemos en el horno precalentado con calor arriba y abajo durante 15 minutos a 180ºC.
Una vez que el bizcocho esté hecho, dejamos templar un poquito.
Disponemos un paño de cocina limpio sobre la encimera, estirado.
Colocamos sobre él el bizcocho dado la vuelta, con el papel sulfurizado mirando hacia arriba. Lo humedecemos con unas gotas de agua para que se despegue más fácilmente y lo retiramos por completo.
Entonces, enrollamos el bizcocho sobre si mismo, plegandolo con el borde del paño de cocina en el primer doblez. De esta manera conseguiremos que mantenga la forma enrollada.
Reservamos hasta su uso.
Para el relleno:
Disponemos la nata muy fría en el bol del robot amasador.
Con el aplique de montar en marcha, trabajamos unos minutos, hasta que esté bien montada.
Si lo deseamos podemos aromatizar con un poco de esencia de vainilla.
En éste momento, procederemos a rellenar nuestro bizcocho que ya estará frío.
Agregamos la mermelada que creamos necesaria para untar nuestro bizcocho.
Dejamos un borde de unos 4 cm aproximadamente sin pintar.
Debe quedar una pelicula de mermelada cubriendo el bizcocho, no es necesario una cantidad excesiva.
Sobre la mermelada y de igual manera, disponemos el relleno.
Comenzamos a enrollar sobre si mismo el bizcocho relleno, comenzando por el borde cubierto.
De esta manera al finalizar la vuelta, el relleno se irá hacia el extremo que está sin pintar.
Ponemos nuestro bizcocho en una rejilla para proceder a su cubrimiento.
Reservamos refrigerado en la nevera.
Para el glaseado:
Primeramente vertemos la gelatina neutra en polvo sobre un poco de agua reservada de los 180 ml que usaremos para el glaseado.
En un cazo, disponemos el agua, y agregamos la nata.
Echamos el azúcar glass y llevamos al fuego.
Una vez llegue a ebullición, agregamos la cobertura de chocolate.
Varillamos para ayudar a que se derrita.
Cuando la cobertura esté derretida, incorporamos el cacao en polvo y bajamos el fuego, manteniendo el hervor.
Trabajamos durante 15 minutos sin parar de remover, hasta que la mezcla haya mermado 1/4 parte aproximadamente.
Agregamos entonces la gelatina que ya estará perfectamente hidratada y diluimos en la mezcla.
Una vez que la mezcla tenga ésta textura, separamos del fuego.
Sacamos el bizcocho de la nevera y vertemos la cobertura sobre él, intentando que quede lo más cubierto posible.
Repetimos la operación hasta que nuestro bizcocho esté bien napado.
Movemos nuestro tigretón a la fuente de emplatado.
Y servimos los primeros trozos.
Éste es el resultado de nuestro tigretón... gigante.
¡Qué aproveche!
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