Albóndigas en salsa de cebolla
Hoy traigo una receta ideal para ésta época.
Y es que es uno de los pocos guisos que en mi casa no hacen parón en el verano, incluso yo que para eso soy muy tiquismiquis, soy capaz de comérmelas templaditas. Acompañadas de una ensalada, no necesitas más.
Éstas albóndigas son una auténtica delicia, es el ejemplo ideal para ver que un gran plato no necesita mil pasos ni ingredientes raros.
La salsa de cebolla le aporta un toque suave y dulce a las tiernas albóndigas, ¡Sólo querrás mojar pan!
Se hacen en un momentín y realmente a todo el mundo gustan... ¡Ponedlas a prueba y contármelo!
¡Espero que os guste!
(2 pax)
INGREDIENTES:
Entonces, comenzamos a hacer bolas con nuestras manos engrasadas, cogiendo pequeñas porciones de carne y masajeandolas hasta darles forma.
Pasamos por pan rallado.
Y en una sartén con un buen chorro de aceite bien caliente, sellamos las albóndigas.
Una vez que empiecen a coger color, le damos la vuelta dejando que se doren por todos los lados.
Entonces, sacamos a la cazuela donde vayamos a guisarlas, con ayuda de un escurridor que retiraré el exceso de grasa.
En el mismo aceite de la fritura de la carne, agregamos la cebolla en mirepoix.
A fuego lento, dejamos que se dore durante diez minutos aproximadamente.
Entonces, agregamos el vino blanco.
Una vez que el alcochol se haya evaporado, agregamos el caldo.
A fuego medio dejamos que la salsa se vaya espesando.
Pasados veinte minutos, vertemos el caldo de la cebolla en el vaso batidor del robot de cocina.
Trituramos.
Agregamos la salsa resultante a la cazuela con las albóndigas.
Subimos el fuego y dejamos que se hagan en conjunto durante 10 minutos más, asegurándonos de que las albóndigas quedan perfectamente cocinadas en su interior.
Servimos en el plato de presentación y agregamos un poquito de perejil a modo de presentación.
Y así de jugosas y tiernas se ven por dentro.
¡Qué aproveche!
Y es que es uno de los pocos guisos que en mi casa no hacen parón en el verano, incluso yo que para eso soy muy tiquismiquis, soy capaz de comérmelas templaditas. Acompañadas de una ensalada, no necesitas más.
Éstas albóndigas son una auténtica delicia, es el ejemplo ideal para ver que un gran plato no necesita mil pasos ni ingredientes raros.
La salsa de cebolla le aporta un toque suave y dulce a las tiernas albóndigas, ¡Sólo querrás mojar pan!
Se hacen en un momentín y realmente a todo el mundo gustan... ¡Ponedlas a prueba y contármelo!
¡Espero que os guste!
Mi aportación al reto:
En el reto Color y Sabor de Temporada seleccionamos mediante votación una fruta o fruto seco y una verdura, o semilla, de temporada, que está en su época de recolección y es el mejor momento para consumirlas, ya que se aprovechan al 100% sus cualidades organolépticas.
Además es cuando más fáciles son de encontrar los productos y salen mas económicos.
Entonces todos los participantes elegimos entre una de ellas, y hacemos una receta dulce o salada.
En ésta ocasión la decisión se planteaba entre los cacahuetes o maníes, o la cebolla en cualquiera de sus versiones.
Sin arriesgar mucho, me he decidido por la cebolla, un elemento indispensable en cualquier cocina.
(2 pax)
INGREDIENTES:
- 500 g de carne picada mixta
- 1 Huevo
- 50 g de miga de pan
- 20 ml de leche
- 1 Diente de ajo
- C/s de perejil
- C/s de pan rallado
- 2 Cebollas dulces
- C/s de vino blanco
- 300 ml de caldo de pollo
- AOVE
- Sal y pimienta
PREPARACIÓN:
Ponemos a remojo la miga de pan con la leche.
Una vez que esté bien impregnada, añadimos el huevo, el diente de ajo triturado y el perejil junto con la carne picada mixta, de ternera y cerdo.
Mezclamos todo muy bien hasta formar una masa homogénea.
Refrigeramos durante al menos 1 hora.
Entonces, comenzamos a hacer bolas con nuestras manos engrasadas, cogiendo pequeñas porciones de carne y masajeandolas hasta darles forma.
Pasamos por pan rallado.
Y en una sartén con un buen chorro de aceite bien caliente, sellamos las albóndigas.
Una vez que empiecen a coger color, le damos la vuelta dejando que se doren por todos los lados.
En el mismo aceite de la fritura de la carne, agregamos la cebolla en mirepoix.
A fuego lento, dejamos que se dore durante diez minutos aproximadamente.
Entonces, agregamos el vino blanco.
Una vez que el alcochol se haya evaporado, agregamos el caldo.
A fuego medio dejamos que la salsa se vaya espesando.
Pasados veinte minutos, vertemos el caldo de la cebolla en el vaso batidor del robot de cocina.
Trituramos.
Agregamos la salsa resultante a la cazuela con las albóndigas.
Servimos en el plato de presentación y agregamos un poquito de perejil a modo de presentación.
Éste es el resultado final de nuestras albóndigas en salsa de cebolla.
¡Qué aproveche!
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