Como os decía en la anterior entrada, el sábado tuvimos la celebración de cumpleaños de mi amigo Esteban.
El salao de él dejó la tarta a elección mía, y sabiendo que íbamos a ser sobre 25 personas, tomar la decisión para no fallar en el sabor y que a todos les gustara... Ni fue fácil, ni fue rápida, jajaja
De hecho pregunté en el grupo de bloggers para que ellas me ayudaran a decidirme, pero es que oye, yo tenía había visto la tarta de oreo en el curso de repostería de Alma cupcakes que estoy haciendo, y ya lo tenía entre ceja y ceja.
Ellas me decían que lo mejor sería hacer al menos un par de tartas, que a poder ser no llevaran horno, y me dejara de complicaciones.
Pero finalmente me hice caso a mí, y me arriesgué doblando las cantidades para realizar ésta tarta.
(La hice para algunos menos de los que éramos, ya que la tarta era muy alta, y un cachito finito, hacían una buena porción)
Está buenísima. Todos sin excepción la probaron, y les gustó, a pesar de que a más de uno las galletas oreo no le hicieran mucha gracia.
Y a mí, en particular que adoro las oreo, me encantó. A ver que os parece a vosotros.
¡Espero que os guste!
(18 Porciones)
INGREDIENTES:
- Para el bizcocho:
- 300 ml de aceite de oliva
- 300 g de azúcar granillo
- 300 g de harina
- 3 Cdas de levadura química
- 6 Huevos
- 2 Cditas de extracto de vainilla
- 230 g de galletas tipo oreo
- Para la crema:
- 300 g de mantequilla sin sal
- 600 g de azúcar glass
- 375 g de queso crema
- 5 Galletas oreo
- 1 Chorro de leche
- 200 ml de nata para montar
- Decoración:
- 6 Galletas mini-oreo
PREPARACIÓN:
- Para el bizcocho:
Precalentamos el horno a 180ºC.
En el bol del robot de cocina, agregamos el aceite.
Vertemos el azúcar, y lo ponemos a velocidad media con la varilla de mezclar hasta que esté bien integrada.
Una vez que esté mezclado, subimos la velocidad al máximo y agregamos los huevos, de uno en uno.
Batimos hasta que todo esté bien integrado.
Fuera del robot, con ayuda de un colador, tamizamos la harina sobre la preparación.
Colamos también la levadura química.
Batimos a velocidad baja.
Agregamos la vainilla.
Seguimos mezclando hasta que la masa sea homogénea.
Una vez que las tengamos todas, con ayuda de una lengua de cocina, mezclamos con movimientos envolventes hasta que las galletas estén bien distribuidas por toda la masa.
Engrasamos y enharinamos los moldes, en mi caso unos moldes circulares desmontables de 24 cm de diámetro cada uno.
A cacillos, vertemos la misma cantidad de masa en un molde que en el otro.
No es necesario que los bizcochos queden excesivamente gruesos, por ello rellenamos 1 de 3 partes del molde.
Le damos un "meneo" para que la masa se asiente.
Horneamos durante 35 minutos, apróximadamente, hasta que los bizcochos se separen un poco del molde, y la aguja salga limpia.
Pasado el tiempo, sacamos el molde del horno y dejamos reposar durante 10 minutos.
Entonces, desmontamos el molde, y pasamos una espátula por la base, hasta tener todo el bizcocho libre.
Lo ponemos en una rejilla y dejamos enfríar.
- Para la crema:
Yo, he usado la opción del queso de las dos versiones que se pueden hacer. La primera sería una buttercream simple, y la otra, ésta, con menos cantidad de mantequilla y un porcentaje de queso crema, que le aporta más cuerpo.
Primeramente, trituramos las oreo.
Hasta que obtengamos un polvo como éste.
Como véis, pongo todas las oreo (con la crema) ya que no va a suponer ningún cambio en la preparación.
Tamizamos con ayuda de un colador el azúcar glass.
Agregamos la mantequilla cortada en pequeños cubos y a temperatura ambiente (Muy importante).
Echamos un chorrín de leche.
Con la varilla mezcladora en el robot de cocina, batimos a velocidad máxima hasta que esté bien integrado.
Añadimos el queso recién sacado de la nevera.
Es importante que el queso esté frío, y sobre todo que sea la versión original, nada de lights.
Yo usé un poco de light que tenía en casa ya que me quedé sin el otro, y la consistencia final no fué la deseada.
Batimos empezando con velocidad baja, hasta alcanzar la máxima, hasta que la mezcla sea homogénea y cremosa.
Agregamos las oreo que habíamos triturado, dejando un poquito del polvo si se desea para la decoración final.
Cuanto más tiempo de batido tenga la mezcla, mayor será su consistencia.
La nata la utilizaremos después para recubrir.
- Para la decoración:
Una vez que tengamos el relleno hecho procederemos al montaje.
En un plato con una blonda para la presentación, ponemos unos trozos de papel sulfurizado por los bordes del bizcocho, para que no se manche a la hora de decorar.
Cubrimos con la crema, disponiéndola en el centro, y dejándola caer hacia los bordes, dejando una capa generosa que no sobresalga por los laterales.
Ponemos el segundo bizcocho sobre ésta, y volvemos a cubrir.
Si queréis, con ayuda de una lira, podéis cortar los bizcochos en dos, hasta obtener 4 bases.
La crema no tenía la consistencia necesaria, y eso que la batí durante 15 minutos (Por el queso light)
En el bol del robot de cocina, montamos la nata.
Una vez que esté bien montada, agregamos un poco de la crema de queso y mantequilla con oreo.
Con ayuda de una lengua, mezclamos con movimientos envolventes para no bajar la nata.
Hasta que tengamos una mezcla cremosa pero con cuerpo, que nos servirá para cubrir la tarta.
De la misma manera que con la crema de queso, del centro hacia los lados, ponemos la crema con la nata, y dejamos caer poco a poco, sin tocarlo, hasta que tengamos cubiertos los lados de la tarta.
Finalizamos aplanando, de los lados hacia arriba toda la tarta.
Con las oreo en polvo que habíamos reservado, cubrimos la base de la tarta, haciendo una tira fina.
Por último, yo con mucha destreza puse con ayuda de un cornete el nombre de mi amigo, o mejor dicho, el nombre que esa para sus fotos.
Ponemos unas galletas mini-oreo formando un círculo alrededor del nombre.
Éste es el resultado final de nuestra tarta oreo.
Con los rellenos que me sobraron de la tarta, hice estos riquísimos vasitos.
Ya en la celebración, y tras haber soplado las 33 velas, así se ve la tarta de mi amigo.
Hubo quien dijo que el bizcocho estaba un poco seco. Nada más fuera de la realidad, lo que pasa que al tener pedacitos de oreo, obviamente no se debe almíbarar y éstos resultan crujientes (y deliciosos) en boca. Para solucionar ésto, como os dije antes, tal vez lo mejor hubiera sido con una lira, cortar en dos partes cada bizcocho hasta obtener 4 bases.
Y así es como se ve al corte.
¡Qué aproveche!
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