Hoy finaliza la que sin duda será, la Semana Santa más extraña de la historia.
No hemos podido salir a la calle, ver las procesiones, embriagarnos del olor del incienso, que se nos pongan los pelos de punta al oír a las bandas tocar para los pasos...
Todo eso que siempre damos por sentado y hoy se convierten en un preciado sueño.
Son ya muchos días de confinamiento, y a mi personalmente comienzan a pasarme factura.
Estoy irascible, al cabo del día paso por todos los estados de ánimo. Ver fotos de los míos me llenan los ojos de lágrimas, y las videollamadas comienzan a no bastar.
Pero todo pasará.
Y aún con todo esto, hoy es Domingo de Pascua y por ello hoy traigo ésta receta con uno de los pescados más típicos de estas fechas: El bacalao.
Si aún no habéis probado a hacer éste aperitivo, os traigo la receta infalible del gran Koldo Royo.
¡Espero que os guste!
- 115 g de bacalao desmigado
- 140 g de harina
- 50 g de mantequilla
- C/s de agua
- 2 Huevos
- C/s de ajo molido
- Hierbas aromáticas y especias: C/s de perejil
- C/s de aceite para fritura
- Sal
En un cazo, disponemos el agua con la mantequilla.
Y a fuego medio, dejamos que ésta se funda.
Una vez que esté derretida y comiencen a salir los gorgoteos de la ebullición, agregamos la harina de golpe.
Retiramos del fuego, y comenzamos a trabajar la masa hasta que se despegue fácilmente de las paredes.
Entonces, agregamos los huevos, uno a uno, de manera que cuando el primero esté integrado perfectamente en la masa, introduzcamos el otro.
Y meclamos hasta que tengamos una masa uniforme, elástica y lisa.
Agregamos el ajo y el perejil.
Y de nuevo, mezclamos hasta que esté homogéneo.
Entonces, vertemos en una manga pastelera sin boquilla.
Yo, que también hago así las croquetas, tengo siempre unas mangas destinadas a éste tipo de elaboraciones, en las que pongo la masa y después le voy dando forma tirándolas sin boquilla, mediante una abertura de 2,5 cm aproximadamente.
Dejamos reposar durante una noche, para que la masa tome cuerpo.
Pasado el tiempo, vamos sacando bolitas a través de la manga, cortándolas con unas tijeras, y las freímos en una sartén con abundante aceite para fritura.
Dejamos que se frían por un lado.
Y una vez estén doradas, freímos también por el otro.
Una vez que hayan cogido ese color, estarán hechos por dentro.
Sacamos y dejamos escurrir en un plato con papel absorbente.
Después pasamos al plato de presentación.
Servimos inmediatamente.
Éste es el resultado final de nuestros buñuelos de bacalao.
Así se ven en su interior.
¡Qué aproveche!
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