Hay veces que no queda más remedio que preparar una cena de picoteo con todo lo que tengas en la despensa: embutidos, empanadas, diferentes latas de conserva, algún que otro snack...
E incluso tirar de congelador y hacer algún aperitivo ultracongelado. Sí, no es la mejor opción pero todos lo hemos hecho en más de una ocasión y aunque no queramos admitirlo ,con mucho gusto.
De hecho, yo estoy tan acostumbrada al sabor de las empanadillas de compra, que al principio me resultaba extraño el sabor de las elaboradas por mi en casa.
Pero, desde que comencé a hacer la receta de este relleno, la cosa ha cambiado.
Ahora preparo mis propias empanadillas ultracongeladas para tirar en caso de apuro.
Preparo cantidad de sobra para un par de días, y una vez rellenas y dadas la forma, las congelo.
Así solo es freírlas y disfrutar.
¡Espero que os guste!
(8 uds)
INGREDIENTES:
- 8 Obleas para empanadillas
- 50 g de cebolla
- 2 Pimientos de piquillo
- 2 Huevos duros
- 100 g de atún en conserva
- 2 Cdas de tomate frito casero
- Aceite para freír
PREPARACIÓN:
Pochamos la cebolla en una sartén con un poquito de aceite, durante 10 minutos, hasta que comience a transparentarse.
Disponemos en el vaso del robot de cocina, junto con los pimientos del piquillo.
Agregamos los huevos duros, pelados y cortados en cuartos.
De nuevo damos unos pequeños toques.
Agregamos el atún en conserva.
Mezclamos y rectificamos de sal si fuera necesario.
Éstas son las obleas para empanadillas. Una masa elaborada con harina, vino blanco, huevo y aceite, que quedan muy crujientes y ligeras. Se pueden elaborar en casa, o se pueden, como en mi caso, comprar para agilizar el proceso.
Cerramos la empanadilla, plegando la masa sobre si misma hasta juntar un borde con el otro.
Presionamos sobre los bordes, humedeciendolos en su interior con agua para que queden completamente pegados.
Y por último damos el característico toque del cerrado de las empanadillas con las puas de un tenedor.
En una sartén, calentamos abundante aceite y freímos las empanadillas.
Primero por un lado, mientras observamos como se hincha la masa.
Y una vez que se doren, le damos la vuelta para que se hagan por el otro lado.
Entonces, sacamos a un plato con papel absorbente para que se quede con todo el aceite sobrante.
Pasamos a un plato de presentación.
Éste es el resultado final de nuestras empanadillas.
Servimos en la mesa antes de que se enfríen.
Y disfrutamos de unas buenísimas empanadillas caseras.
¡Qué aproveche!
Un millón de veces más estas empanadillas que cualesquiera de las compradas. Todo lo que podamos hacer en casa será siempre (o casi siempre) más bueno, más sano y más sabroso.
ResponderEliminarCocinaDeEmergencia!
Y tanto que sí!
EliminarGracias