Me dicen mis redes sociales que hace mucho que no sabéis de mi, y es cierto, pero es que en verano una no da para más.
Entre el trabajo, el estudio, el intentar mantener una vida activa en lo que a deporte se refiere, el poco tiempo libre que tengo intento pasarlo con mi familia... En fin, sabéis de lo que os hablo.
Y en nada llegan las vacaciones, e intentaré desconectar de todo, que falta me hace.
Pero antes, quería pasar a deciros que aquí estoy. Cocinando poco pero cocinando rico, sano y bien.
Para muestra un botón.
De vez en cuando traigo a casa este tipo de calabacín tan rico y llamativo. A nosotros nos gusta muchísimo por que cambia un montón el sabor en cuanto al calabacín alargado, al que estamos acostumbrados.
Es mucho más suave y con una pulpa más fina, perfecto para hacer cremas o para rellenarlos, y es que la presentación con ellos tiene muchas más alternativas. Y ya por no hablar de los rellenos, todos le pegan. Con gulas y gambas, con atún como en el caso de las berenjenas rellenas, o de carne, como he hecho ésta vez yo.
¡Espero que os guste!
(2 pax)
INGREDIENTES:
- 2 Calabacines bola
- 1/2 Cebolla
- 1 Puerro
- 1 Pimiento verde italiano
- 400 g de carne picada de ternera magra
- 4 Cdas de tomate frito casero
- 1 Cdita de pimentón agridulce
- C/s de queso rallado
- Sal
PREPARACIÓN:
Conseguimos unos calabacines bola, redondos, o comunmente conocidos por los de Niza.
Son unos calabacines en forma de pelota de 8-10 cm de diámetro que son muy tiernos y resultan deliciosos.
Los lavamos bajo el grifo.
Hacemos un corte en la parte superior del calabacín, de manera que quede como si fuera la tapa de este.
Le podemos dar la forma que queramos, yo en este caso, en zigzag.
Una vez tengamos hechos los cortes por todo el calabacín se separarán a la perfección ambas partes.
Hacemos un agujero con ayuda de un hierro de pincho moruno, que llegue desde la tapa hasta la parte final del calabacín.
Mientras tanto comenzamos a hacer el relleno.
En una sartén con un chorro de AOVE, doramos la cebolla picada en brunoise.
Agregamos también el puerro y el pimiento verde.
Una vez haya pochado un poco, agregamos la carne picada, y dejamos que se haga poco a poco, sin parar de mover para que no queden trozos excesivamente grandes.
Para entonces, nuestros calabacines habrán acabado de cocinarse.
Con cuidado de los vapores, separamos la tapa de la parte de abajo. Con una cuchara retiramos la pulpa que pudiera tener la parte de la tapa, y la volcamos sobre la parte de abajo. Por toda la bola con movimientos circulares, vamos separando la pulpa de la corteza del calabacín.
Y la echamos a la sartén junto con el demás relleno.
Una vez esté integrado agregamos el tomate frito.
Y el pimentón.
Revolvemos para que no se queme y después bajamos el fuego y dejamos cocinar el conjunto durante unos minutos.
Entonces, añadimos queso rallado al gusto.
Y mantenemos al fuego revolviendo sin parar hasta que se funda.
Con ayuda de una cuchara, rellenamos los calabacines.
Hasta llegar a cubrir la parte del corte.
Agregamos un poquito más de queso rallado por encima, disponiendolos en una bandeja de horno con papel albal, junto con las tapas.
Horneamos a 180ºC durante 15 minutos aproximadamente.
Y así se ve por dentro.
¡Qué aproveche!
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