De vez en cuando ¿A quién no le gusta comer un plato de huevos fritos con "algo"?
Es simplemente un manjar de Dioses, y no importa ni siquiera si lo acompañas de patatas fritas y chorizo, o de jamón serrano, por ejemplo. Éste plato es un auténtico capricho y la última vez que me lo permití lo hice con gulas cómo podéis ver.
Y sí, gulas, porque por mucho que me guste comer bien, no puedo permitirme el lujo de pagar entre 80 y 90 € por unos 100 gramos de angulas. (Eso con el mejor de los precios, ya que en Navidad se llegan a pagar 4.400€/kg)
Dicen los que han tenido el privilegio de probarlas, que no hay mejor manera de degustarlas que a la bilbaína en compañía de una guindilla, ajo y aceite. Y que no necesitan más para sucumbir a ese preciado bocado de angulas de textura entre resbalosa y crujiente. Nada que ver con las que nosotros estamos acostumbrados a comer. Y precisamente es por ello por lo que a éstos afortunados, simplemente compararlas le supone una broma de mal gusto.
Habrá que empezar a ahorrar para poder saber a qué se refieren, aunque mientras tanto este sucedáneo de la angula no está tan mal. Hechas a partir de surimi, o lo que es lo mismo, el producto obtenido a partir del músculo blanco de abadejo o bacalao, entre otros, sólo basta con encender la máquina y fabricarlas como si fueran chorizos.
Si la pinta es bastante mala, pero, están buenas, y a la gente de a pie nos vale... Y si encima las sirves con unos huevos, la cosa no puede ir mejor...
¡Espero que os guste!
(2 pax)
INGREDIENTES:
- 4 Huevos
- 200 g de gulas
- AOVE
- 2 Dientes de ajo
- 2 Cayenas
- C/s de pimentón dulce
- C/s de perejil
PREPARACIÓN:
En una sartén con un buen fondo de aceite de oliva, freímos los huevos, hasta que estén perfectamente hechos pero sin crear puntilla.
Los disponemos en el fondo de la fuente de presentación.
Salamos y espolvoreamos pimentón dulce.
Vaciamos el aceite de la sartén dejando la mínima cantidad.
En él doramos los dientes de ajo laminados.
Agregamos las gulas y las cayenas.
Salteamos durante un par de minutos, sin que las gulas lleguen a dorarse pero que tomen temperatura.
Rompemos los huevos.
Disponemos las gulas sobre los huevos y espolvoreamos un poquito de perejil sobre éstas.
Éste es el resultado final de nuestros huevos rotos con gulas.
Servimos inmediatamente.
¡Qué aproveche!
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