Andreíta come de todo

Estas pastas típicas de la Navidad huelen a horno antiguo y a celebraciones de invierno.

Sus orígenes se remontan a la larga tradición mediterránea del uso de la almendra, un fruto muy valioso desde tiempos romanos que viajó con comerciantes árabes por toda la península. Con ellos llegó también el arte de trabajar la almendra molida con azúcar, lo que más tarde daría lugar al mazapán, base inseparable de estos pequeños bocados tan navideños 😊.

Durante la Edad Media, las monjas y los frailes de los conventos españoles se convirtieron en verdaderos talleres reposteros donde se daban forma a una gran variedad de dulces hechos con almendra, especialmente en épocas festivas, cuando los ingredientes eran sencillos pero el ingenio enorme.

Allí nacieron dulces que buscaban durar varios días y aportar energía durante el frío, y entre ellas, los primeros almendrados con su textura tierna, a medio camino entre galleta y mazapán, que pronto ganó fama en ferias, mercados y mesas nobles.

Con el tiempo, los almendrados se volvieron un imprescindible en las fechas más familiares del año y aún a día de hoy, no hay surtido navideño que se precie que no cuente con unos cuantos de ellos.

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

1 Clara de huevo
250 g de mazapán
2 ml de vinagre
2 g de sal
C/s almendras enteras

PREPARACIÓN:

Precalentamos el horno a 210ºC
Disponemos la clara con el vinagre y la sal en el robot de cocina y montamos a punto de nieve.
Una vez que va adquiriendo el punto, agregamos el mazapán cortado en cubos de 1x1 cm poco a poco, hasta formar una masa homogénea.
Disponemos en una manga pastelera con boquilla lisa.
Escudillamos la masa tirándola desde arriba, para formar las galletas. En el medio colocamos una almendra, y metemos al horno hasta durante aproximadamente 10 minutos, hasta que se doren y estén perfectamente hechas.

NOTAS:

Por encima podemos poner las almendras enteras o azúcar perlado

Una de esas recetas que pasan de generación en generación. Éste es el resultado final de nuestros almendrados.

¡Qué aproveche!

Si te gusta esta o cualquiera de mis recetas y la preparas, sube una foto mencionándome en cualquiera de mis redes sociales o bajo el hashtag #AndreítaComeDeTodo para así poder ver lo bien que te ha quedado.😊

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Las patatas dauphinoise, también conocidas como gratin dauphinois, nacieron en la región de Dauphiné, un territorio montañoso en el sureste de Francia, donde la cocina debía ser reconfortante y nutritiva debido a las bajas temperaturas.

Unos siglos después del descubrimiento de América, las patatas empezaron a ganar protagonismo en Europa, pero en Francia aún se miraban con cierta desconfianza… Hasta que los cocineros de esta región decidieron combinar humildes patatas con lácteos locales para crear un plato cálido y suave que conquistara incluso a los más escépticos 😌.

La primera referencia escrita del gratin dauphinois aparece en 1788, al servirse en un banquete ofrecido al duque de Clermont-Tonnerre. En ese momento la cocina francesa comenzaba a organizarse y documentarse, y este gratinado fue haciéndose más y más popular, siendo la referencia de esos platos sencillos de la gastronomía rural que gracias a su sofisticación podían llegar a ascender hasta las mesas aristocráticas sin perder su esencia ni necesitar de ingredientes extra para sorprender✨

Con el tiempo, la receta viajó por toda Francia, adoptando ligeras variaciones según la zona, pero siempre manteniendo su carácter cremoso y hogareño, hasta traspasar las fronteras del país galo.

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

600 g de patata
100 g de queso Gruyère
30 g de mantequilla
1 diente de ajo
250 ml de nata líquida para cocinar
Sal
Especias y hierbas aromáticas: C/s de pimienta, C/s de nuez moscada

PREPARACIÓN:

Lavamos las patatas y las cortamos en rodajas con ayuda de una mandolina. Las disponemos de manera ordenada en un recipiente apto para horno.
Derretimos la mantequilla y en ella doramos el ajo picado. Añadimos la nata con la sal y las especias, una vez que rompa a hervir, retiramos del fuego y vertemos sobre las patatas.
Metemos el recipiente tapado con papel de aluminio para que no salgan los vapores al horno precalentado a 210ºC durante 25 minutos.
Pasado el tiempo, retiramos el papel de aluminio, añadimos el queso por encima y gratinamos durante 15 minutos hasta que esté dorado por encima.

Un plato que mezcla tradición rural y elegancia francesa. Éste es el resultado final de nuestro gratin Dauphinois.

¡Qué aproveche!

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El rape era un pescado que se quedaba en los puertos, porque era un pez que no llamaba mucho la atención por fuera, con ese cuerpo ancho y plano, de piel gruesa color marrón, cabeza y boca muy grandes con dientes afilados… Feo, bien feo.

Así que como no se vendía, eran los pescadores los que lo aprovechaban, dándose cuenta que debajo de todo eso, en su interior de textura tersa y sin más espinas que la central, esconde un sabor suave y ligeramente dulce, a menudo comparado con el de la langosta. ¡Es una auténtica joya!🌊✨
Los gambones, en cambio, siempre fueron cosa de fiesta: si había una comida importante, ahí estaban.

Asi que no es de extrañar, que la mezcla de ambos sea un acierto seguro.
Estas brochetas son perfectas para hacer algo rápido, delicioso y con todo el sabor del mar.
Y como colofón final, con una salsita de cava que encaja perfectamente, resultando suave, con un punto festivo para aprovechar las sobras de tantos y tantos brindis🥂

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

1 Lomo de rape
8 Gambones
1 Diente de ajo
1 Cdita de harina
200 ml de cava
AOVE
Especias y hierbas aromáticas: C/s de perejil, piri piri al gusto

PREPARACIÓN:

Limpiamos la cola de rape, desespinamos y partimos longitudinalmente a la mitad, y después en cuatro trozos de igual tamaño.
Retiramos la cáscara de los gambones, con cuidado para no romper la cola, destripamos y abrimos un poco los lomos de los mismos sin llegar a abrirlos por completo.
En una sartén con AOVE, cocinamos nuestras brochetas durante un par de minutos por cada lado, aproximadamente, hasta que estén hechas. Retiramos las brochetas.
En el propio aceite con los jugos del pescado, añadimos el ajo picado y doramos, echamos también el perejil y el piri piri junto con la harina, que mezclamos bien. Rompemos el hervor añadiendo el cava y mezclamos bien hasta formar una salsa ligada.
Servimos de inmediat o las brochetas con la salsa por encima.

NOTAS:

Las cáscaras de los gambones podemos aprovecharlas para hacer un fumet de pescado o salsa americana, por ejemplo.

Un pequeño lujo sin complicaciones. Éste es el resultado final de nuestras brochetas de rape y gambones.

¡Qué aproveche!

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Hoy te traigo uno de esos platos que parecen haber nacido para unir tradición y deleite en un mismo bocado. Un plato que abraza el pasado, pero con un brillo contemporáneo irresistible ✨.

Y aunque hace años las carrilleras eran consideradas como un corte humilde, a la altura de la lengua o la falda de vaca, que incluso se reservaban para guisos de aprovechamiento para esas partes del animal y se cocinaban en las zonas rurales al calor suave del hogar, con mucha paciencia y cariño… Hoy en día es un producto muy valorado que ha evolucionado en la cocina casera española.

En este caso el guiso tradicional se convierte en un guiso excepcional hecho en mi olla de cocción lenta, capaz de lucirse tanto en casas familiares como en restaurantes de alta cocina al encontrarse con un vino andaluz de personalidad única: el Pedro Ximénez.
Proveniente de uvas pasificadas y conocido por su dulzor casi meloso, aportando complejidad y elegancia a un producto que siempre ha sido considerado más rústico que sofisticado… Hasta ahora 😏

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

2 Cebollas
4 Zanahorias grandes
4 Dientes de ajo
1 Cda de harina
100 g de tomate frito
300 ml de vino Pedro Ximénez
C/s de puré de patata casero
AOVE
Sal
Especias y hierbas aromáticas: 1 Cda de pimentón agridulce, Pimienta al gusto, C/s de perejil fresco

PREPARACIÓN:

Limpiamos las carrilleras si traen exceso de grasa, salpimentamos y enharinamos. Freímos en una sartén con AOVE por todos los lados para que se doren por fuera.
Retiramos y en el mismo aceite sofreímos los dientes de ajo, la cebolla y las zanahorias. Una vez que las verduras estén doradas, agregamos un poco de harina y el pimentón, mezclamos bien. Añadimos también el tomate frito y rompemos el hervor con el vino Pedro Ximénez mezclando bien para que no se forme ningún grumo.
Vertemos la salsa en la crockpot junto con las carrilleras, y cocinamos durante 7 horas a temperatura baja.
Pasado el tiempo, retiramos las carrilleras, trituramos el caldo y vertemos en una cazuela, reducimos un poco con cuidado de que no se queme, añadimos las carrilleras y espolvoreamos perejil al gusto, servimos de inmediato acompañadas de un puré de patata casero.

NOTAS:

Podemos hacer el guiso igualmente en la olla expréss.

Un guiso de 10. Éste es el resultado final de nuestras carrilleras al PX.

¡Qué aproveche!

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No se me ocurre mejor forma de comenzar el calendario de adviento de recetas de este año que con las tan icónicas apple pies de McDonald’s que se mantienen en la memoria colectiva y tienen una historia más rica de lo que podemos imaginar…

Y es que su origen se remonta a los primeros años de la cadena en los 60’s, cuando buscaban un postre portátil y que pudiera disfrutarse sin necesidad de cubiertos.
La inspiración vino de los tradicionales pasteles sureños tan crujientes y dorados que las familias solían preparar con las manzanas de temporada🍎
En 1968 debutó la primera apple pie frita de la cadena de restaurantes, convirtiéndose rápidamente en un símbolo cultural gracias a su textura crujiente y su interior suave y especiado que le hacía parecerse a un típico postre casero pero con un toque moderno y urbano.

En muchos lugares, fue el primer encuentro de la gente con un pastel “hand pie”, el término que se usa para hablar de esos alimentos transportables con los que podías moverte sin problemas mientras lo comes.

Con el tiempo, la receta viajó por el mundo, adaptándose a cada región, incluso cambiando su versión frita por una al horno en varios países, pero manteniendo siempre el espíritu fast food que la convirtió en una pieza deliciosa de la historia culinaria moderna ✨

¡Espero que os guste!

Con esta receta participo un mes más en:

En mi reto #InternationalDay celebramos todos los días internacionales gastronómicos que se conmemoran a lo largo del año, cocinando una vez al mes con fecha aleatoria, con el ingrediente o el plato al que vamos a rendir homenaje en su día mundial. En este caso ponemos a prueba las distintas recetas que se pueden hacer con los distintos tipos de manzana roja en #ComerManzanaRojaInternationalDay.

INGREDIENTES:

2 Manzanas rojas Pink lady
30 g de azúcar moreno
5 ml de zumo de limón
40 g de mantequilla
30 g de maizena
80 ml de agua
1 Placa de hojaldre
C/s azúcar glass
Aceite para fritura
Especias y hierbas aromáticas: 1 Cdita de canela molida

PREPARACIÓN:

Pelamos y cortamos las manzanas en cubos y las disponemos en una sartén con la mantequilla, el zumo de limón y el azúcar moreno.
Cocinamos durante aproximadamente 10 minutos, hasta que empiecen a estar blanditas, la mantequilla se haya consumido y se quieran empezar a pegar a la sartén.
En ese momento diluimos en agua la maizena, revolviendo bien para que no queden grumos antes de añadirlo a la sartén. Cocinamos a fuego bajo durante 5 minutos más, añadiéndole más agua si fuera necesario, retiramos del fuego y dejamos templar.
Cortamos nuestro hojaldre bien frío en rectángulos de 20 x 10 cm, añadimos un poco de la mezcla de manzana en el medio, plegamos sobre si mismo para formar un saquito relleno y cerramos con ayuda de un tenedor. Refrigeramos durante 10 minutos.
Ponemos el aceite a calentar, y cuando esté a 180ºC, añadimos los rectángulos rellenos de manzana y freímos hasta que estén bien dorados, sacamos a un plato con papel absorbente y dejamos que se empape de todo el aceite sobrante.
Emplatamos y espolvoreamos con azúcar glass.

NOTAS:

Para hacer esta preparación se puede usar cualquier tipo de manzana, pero queda especialmente buena con las que tienen un toque ácido.
Una vez que añadamos la maizena diluida, podemos añadir más agua si fuera necesario, el caso es que quede una mezcla cremosa con una ligera crema.

Si eres fan de este postre del McDonalds, tienes que hacerlo en casa. Éste es el resultado final de nuestro apple pie frito.

¡Qué aproveche!

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En el homenaje #FrikiFriends donde hacemos las recetas míticas de la mejor sitcom de la historia, hemos querido hacer nuestro Acción de gracias particular para tener la excusa de reutilizar las sobras del mismo, tal y como hace Mónica Geller.

En el del sándwich de Ross, episodio 9, temporada 5, vemos como "alguien" en el museo se come el preciado sándwich de Ross hecho con las sobras de pavo del día de Acción de gracias, incluso después de que él pusiera una nota sobre el sándwich advirtiendo que era suyo. Así que, como medida, Phoebe le escribe una nota a Ross para su siguiente almuerzo, y como resultado a esa nota, en el museo empiezan a conocer a Ross como "el pirado", siendo obligado a ir a ver a un psiquiatra.

Por si no fuera suficiente con tener 30 años y estar pasando por su segundo divorcio... ¡Ese sándwich era lo mejor de la vida de Ross en ese momento, y se lo han arrebatado! Y no sólo eso, una vez saciado tiró a la basura un trozo... ¡Cómo para no entrar en cólera! Si es que, ya sabéis lo que se suele decir: Las desgracias nunca vienen solas.

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

200 g de pechuga de pavo
3 Rebanadas de pan integral
1 Tomate
3 Hojas de lechuga
C/s de mayonesa
C/s de mermelada de arándanos
C/s de jugo de pollo asado
Sal
Especias y hierbas aromáticas: C/s de pimienta, 1 Cda de hierbas provenzales

PREPARACIÓN:

Salpimentamos la pechuga de pavo, la rebozamo con las hierbas provenzales y envolvemos en un papel sulfurizado, asamos en la air-fryer durante 20 minutos a 200ºC
Reservamos una de las rebanadas de pan. Untamos con mayonesa las caras internas de las otras dos rebanadas de pan integral.
Se añade la lechuga, el tomate y la mermelada de arándanos.
Empapamos la tercera rebanada de pan con el jugo del pollo asado y colocamos sobre la lechuga.
Pasado el tiempo, desenvolvemos la pechuga de pavo y cortamos en lonchas finas, y disponemos encima de la rebanada de pan empapada y cubrimos con la última que tiene mayonesa.

NOTAS:

Normalmente este sándwich se hace con las sobras del pavo asado el día de acción de gracias.
Al hacer la pechuga de pavo en la air-fryer, estamos haciendo la versión rápida de la receta de fiambre de pavo.

¡Qué aproveche!

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Los corn dogs se asocian inmediatamente con las ferias estadounidenses 🎡 pero por lo visto, su origen no es tan lineal, y es que a principios del siglo XX, algunos inmigrantes europeos en los Estados Unidos buscaban adaptar sus recetas tradicionales a los gustos locales, así que comenzaron a experimentar con nuevas formas de presentar alimentos conocidos. Y así fue como algunos panaderos alemanes intentaban encontrar la manera de popularizar sus embutidos en un país donde la comida rápida empezaba a ganar terreno.

Para hacer más atractivas las salchichas, las recubrieron con una masa sencilla y las frieron hasta lograr un dorado perfecto. El resultado fue tan práctico, sabroso y divertido de comer que pronto empezó a aparecer en ferias, parques y festivales. Con el tiempo, cada región fue dándoles su toque personal, convirtiéndolos en un icono cultural que sigue conquistando paladares en todo el mundo. Y sí, siguen siendo igual de irresistibles que hace más de un siglo 😄

¡Espero que os guste!

Con esta receta participo en:

En el reto tus recetas, dónde hacemos un plato usando como norma principal, un ingrediente elegido a votación que haya pasado por un proceso de elaboración y envasado, tal y como pasa con la salsa barbacoa, que tras su cocinado, se envasa con una temperatura controlada para disolver los sabores y eliminar bacterias, y usando homogeneizadores para obtener una textura suave y uniforme. Se envasan en caliente y se dejan enfriar antes de proceder al envasado y distribución.
Podéis ver todas las recetas que hemos hecho con este ingrediente en: Reto Tus recetas: Salsa BBQ

INGREDIENTES:

1 Paquete de salchichas estilo Frankfurt con queso
125 g de harina de trigo
125 g de harina de maíz precocido
1 Huevo
300 ml de leche
5 g de levadura química
Aceite para fritura
1 cdita de azúcar
Sal
C/s de salsa barbacoa
C/s de mostaza dulce
C/s de cebolla crujiente

PREPARACIÓN:

Mezclamos las dos harinas con la sal, el azúcar y la levadura. Incorporamos el huevo y la leche y mezclamos hasta tener una masa homogénea y fluida pero espesa, que traspasamos a un vaso alargado.
Calentamos el aceite para freír.
Cortamos las salchichas a la mitad, y desde el lado partido, insertamos palos de brocheta.
Una vez que el aceite esté caliente, pasamos las salchichas por la masa, girándolas sobre si mismas para retirar el exceso de masa pero asegurándonos de que queden bien impregnadas, y las freímos hasta que estén doradas por todos los lados.
A medida que estén hechos, pasamos a un papel absorbente que recoja el exceso de aceite. Servimos en un vaso acompañados de salsas y toppings al gusto.

NOTAS:

Podemos usar las salchichas que más nos guste, y rebozarlas enteras.
Hay quien antes de pasarlas por la masa, las reboza en harina, pero en este caso la masa queda perfectamente pegada.

Éste es el resultado final de nuestros corn dogs.

¡Qué aproveche!

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Un clásico de la cocina casera, ideado para ser fácil, rico y como aprovechamiento de lo que había en la cocina.
Normalmente se hace con carne de jamón cocido y queso, pero a alguien cerca del mar se le debió de plantear la pregunta de: ¿Y por qué no…? Y decidió cambiar la carne por pescado y ahí empezó la magia.

El cambio aportó una textura suave y tierna, con un punto especial que te deja con ganas de más🌊😋

Yo, que tengo no tengo el mar todo lo cerca que me gustaría, cada vez que voy a la costa disfruto mucho de todas las variedades gastronómicas, y cojo ideas💡para llevarlas a cabo en casa, adaptándolas a mi gusto.
Y así he preparado este San Jacobo de pescado que es una receta digna de preparar, con sabor y carácter y extremadamente fácil por lo que puede ser un plato navideño de categoría.

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

4 Filetes de gallo (1 gallo al que le han sacado los 4 lomos)
3 Lonchas de bacon
2 Lonchas de queso havarti
1 Diente de ajo
1/2 Cebolla
1 cdita de harina
50 ml de vino blanco
150 ml de caldo de pescado
AOVE
Sal
Especias y hierbas aromáticas: c/s de Sazonador de pescado, Perejil al gusto, C/s de cayena piripiri, 1 cdita de pimentón agridulce

PREPARACIÓN:

Sazonamos los filetes de gallo, y juntamos los dos de abajo, disponiéndolos sobre papel film.
Sobre ellos, bacon y queso adaptándolos a la forma del pescado, los envolvemos y cocinamos al vapor durante 15 min.
Hacemos la salsa dorando el ajo picado en AOVE, añadimos la cebolla en brunoise y cuando empiece a transparentar, añadimos el perejil y la cayena piripiri, él pimentón y la harina. Cocinamos un minuto y agregamos el vino blanco y el caldo de pescado mientras mezclamos para formar una salsa ligera.
Emplatamos el san Jacobo con cuidado de no romperlo, acompañado de unos espárragos blancos y napado con la salsa.

La versión marina de este clásico. Éste es el resultado final de nuestro San Jacobo de pescado.

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La cocina tiene mucho de eso que se suele decir de "A problemas, soluciones". Hay muchas recetas que nacen de la necesidad y acaban convertidas en iconos.

Algo así pasó en Nápoles con esta receta, para aprovechar la mozzarella que había perdido frescura decidieron colocarla entre dos rebanadas de pan y freírla transformándolo en un bocado dorado y crujiente que conquistó a todos 😋.

El nombre “in carrozza” significa exactamente lo que estás pensando: Una "carroza" que "transporta" la mozzarella, envolviéndola y protegiéndola en la fritura mientras se derrite en su interior.

La receta se convirtió en un plato típico de la cocina hogareña del Sur de Italia y fue viajando a otros lugares, adoptando variaciones según la región y la creatividad de cada cocinero hasta formar parte también de la gastronomía callejera en cualquier parte del país.

De ese modo, yo he decidido darle otro toque gracias a la salsa de trufa y la albahaca y no me ha podido saber mejor.

¡Espero que os guste!

Con esta receta participo en:

En el Homenaje Blog tratamos de dar visibilidad y movimiento a tantos y tantos blogs de cocina mediante pequeños homenajes recreando las recetas que han hecho sus creadores. Hoy rendimos homenaje a MªAntonia, del blog Las recetas de Maria Antonia con esta receta de Mozzarella in carrozza por las que sentí amor a primera vista. Podéis ver todas las recetas que hemos preparado en HB: Las recetas de Maria Antonia.

INGREDIENTES:

1 Mozzarella fresca
2 Rebanadas de pan de molde
C/s de salsa de trufa
1 Huevo
C/s de pan rallado
15 ml de leche
Aceite para fritura
Sal
Especias y hierbas aromáticas: C/s de pimienta, albahaca al gusto

PREPARACIÓN:

Cortamos la mozzarella en rodajas y ponemos una loncha de queso una rebanada de pan de molde.
Untamos salsa de trufa sobre la mozzarella y espolvoreamos albahaca al gusto, tapamos con la otra rebanada de pan de molde, y con ayuda de un cortador, cortamos y le damos forma, presionando los bordes con las yemas de los dedos.
Batimos los huevos con la leche, y pasamos el sándwich por la mezcla, dejando que el pan absorba bastante cantidad.
Rebozamos en pan rallado y freímos en abundante aceite durante un par de minutos por cada lado, hasta que empiecen a dorarse. Sacamos a un papel de cocina absorbente y servimos caliente.

NOTAS:

Se puede cambiar la salsa de trufa por alguna otra salsa, o se puede no añadir nada, que es la forma clásica de hacerla.

Un pequeño tesoro napolitano. Éste es el resultado final de nuestra mozzarella in carrozza.

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Es una tortilla japonesa enrollada hecha con huevos batidos y sazonados, que se cocina en capas finas de huevo que se va añadiendo poco a poco mientras se pliega sobre sí misma en una sartén rectangular especial llamada makiyakinabe.Yo llevo haciéndola así años y no sabía que la técnica rara que todo el mundo me dice que hago, es una preparación común que forma parte del desayuno tradicional japonés o de las bento box 🥡

Además, se considera una prueba de habilidad para los cocineros de sushi japoneses ya que es un símbolo de cariño y cuidado, por lo que el aprendiz debe dominar el tamagoyaki antes de poder tocar el pescado, ya que requiere control del fuego, precisión en los movimientos y equilibrio de sabores, ya que existen variantes de la receta, desde las que incluyen salsa de soja o vino dulce mirin, hasta las que incluyen caldo dashi en su interior, resultando más húmedas y con un sabor umami, incluso las dulces que se toman como postre.

Además, en las versiones más modernas, es común rellenarlas de pescado desmenuzado, alga nori, verduras o queso como he hecho yo.

¡Espero que os guste!

INGREDIENTES:

3 Huevos
2 Lonchas de queso
1 Chorro de salsa de soja
AOVE
Sal y pimienta

PREPARACIÓN:

Batimos los huevos, salpimentamos y añadimos un chorro de salsa de soja.
Vertemos en una sartén con AOVE caliente y antes de que se cuaje demasiado, añadimos el queso en uno de los extremos.
Comenzamos a enrollar la tortilla plegándola sobre si misma desde el lateral donde hemos puesto el queso hacia el lado opuesto, de manera que el huevo que no se haya cuajado se vaya desplegando por la sartén mientras se cocina y seguimos enrollando. Servimos de inmediato.

La forma japonesa de hacer tortilla francesa. Éste es el resultado final de nuestro tamagoyaki.

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Originario de Luisiana, esa tierra vibrante donde las influencias francesas, españolas, africanas y caribeñas se mezclaron como los ritmos del jazz que llenan las calles de Nueva Orleans

Su nombre, viene de la unión entre el francés jambon (jamón) y el africano aya (arroz): Una pista del origen mestizo de esta receta.

Y dicen que fueron los colonos españoles, al no encontrar azafrán para su paella, los que usaron tomate para darle color al arroz creando así la Creole jambalaya, con ese tono rojizo tan característico. Pero en las zonas rurales, los franceses cajunes hicieron una versión sin tomate, más ahumada y terrosa: la Cajun jambalaya. Dos variantes distintas

, pero con el mismo espíritu festivo y hogareño que hace que la jambalaya siga siendo el alma de tantas celebraciones en el sur de Estados Unidos… y ahora, también en mi cocina

Es un plato que invita a cocinar sin prisas, a disfrutar tanto del proceso de mezclar tantos y tan variados ingredientes como del resultado. Y lo mejor de esta receta es que precisamente no es una única receta… Cada cual la adapta a su cocina, a sus circunstancias y a sus gustos, haciéndola aún más viva, representando el mestizaje, la improvisación y la alegría compartida alrededor de la mesa

¡Espero que os guste!

Con esta receta participo en:

En mi reto #InternationalDay celebramos todos los días internacionales gastronómicos que se conmemoran a lo largo del año, cocinando una vez al mes con fecha aleatoria, con el ingrediente o el plato al que vamos a rendir homenaje en su día mundial. Sin duda uno de los ingredientes más importantes para abolir el hambre en el mundo, y que en mi casa disfrutamos semanalmente en cualquiera de sus versiones. Podéis ver todas las recetas que hemos hecho en el recopilatorio: #ArrozInternationalDay

INGREDIENTES:

150 g de carne picada de ternera
100 g de pechuga de pollo picada
1/2 Cebolla
1/4 Pimiento rojo
1/4 Pimiento verde
50 g de apio
1 Tomate triturado
1 Cdita de tomate concentrado
100 g de arroz largo
300 ml de agua
100 g de gambas peladas
AOVE
Sal
Especias y hierbas aromáticas: C/s de pimienta, 1 cdita de pimentón agridulce, 1 Cdita de ajo molido, C/s de sazonador para gambas, Perejil al gusto

PREPARACIÓN:

Picamos las carnes muy finas a cuchillo. En una cazuela con un poco de AOVE, añadimos la carne de ternera. Una vez haya dorado, agregamos la carne de pollo y dejamos que tome color, salpimentamos y entonces retiramos las carnes.
En la misma cazuela con el AOVE con los jugos de las carnes, pochamos los pimientos, la cebolla y el apio, todo bien picado, hasta que esté blandito. Agregamos el tomate triturado y el concentrado de tomate y mezclamos.
Añadimos el arroz largo, reincorporamos las carnes y rectificamos de sal. Añadimos el caldo y dejamos que se cocine en conjunto 10 minutos a fuego medio, manteniendo el hervor.
En un bol aparte, disponemos las gambas con el pimentón, el ajo molido y el sazonador para gambas y mezclamos bien. Añadimos a la cazuela, mezclamos y dejamos que se cocinen durante los últimos 8 minutos del arroz.
Apartamos del fuego y dejamos reposar tapado durante 5 minutos. Emplatamos y servimos.

NOTAS:

Para este plato suelen usar también una salchicha de color rojo, semejante al chorizo que se añade y sigue el mismo proceso del resto de carnes.

Un plato típico de Luisiana con raíces internacionales. Éste es el resultado final de nuestro jambalaya.

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